Algunas de las cosas que toda pareja se plantea a la hora de casarse es: ¿dónde nos casamos? ¿Qué día? ¿Y dónde comemos? y por supuesto… ¿Dónde nos vamos de viaje?
Todo esto es muy importante a la hora de planificar ese día tan especial, pero casi ninguna pareja se hace otro tipo de preguntas que puede que sean de igual importancia:
- ¿Qué implica legalmente casarte?
- ¿Qué es eso del régimen matrimonial?
- ¿Cuál es el nuestro?
- Y a partir de ahora, ¿funcionamos igual? ¿hay que cambiar algo?
- ¿Una misma cuenta? ¿Dos cuentas distintas?
Todo esto parece secundario, y para la mayoría de las parejas muy muy lejano, y que será el día a día el que les empuje en su funcionamiento, pero nada más lejos de la realidad.
En EEUU es una práctica muy habitual el sentarse y tratar todos estos temas de antemano, e incluso son muy habituales los contratos prematrimoniales (que siempre escuchamos en las películas) o los convenios donde se fijan todos estos aspectos. No sólo es habitual entre gente con alto poder adquisitivo, sino también dentro de la clase media, de la gente trabajadora. Con esto no quiero decir que cómo se hace en EEUU, nosotros también debemos hacerlo… Sino que es bueno que cada pareja sepa y conozca la respuesta a las preguntas anteriores, y sobre todo, sean conscientes de las consecuencias de sus decisiones en estos aspectos.
Al igual que el dicho «Lo cortés no quita lo valiente», podríamos decir que «lo práctico no quita lo romántico». Estructurando la parte «legal», la «más fría», a la larga da mucha más tranquilidad y estabilidad a la pareja. Nunca pensamos en que nos va a ir mal con nuestra pareja, pero es cierto que ante una situación complicada (un distanciamiento, una separación) si tenemos todo esto bien claro, las dudas y los malos momentos se pueden disipar antes.
Así que si te casas, te has casado ya, o incluso no piensas casarte nunca, plantéate estas preguntas:
- ¿Qué régimen matrimonial nos conviene más?
- ¿Cuál es nuestra situación actual?
- ¿Tengo algún bien en propiedad exclusivamente mío? ¿Qué pasa con este bien, si me caso o no me caso?
- ¿Qué nos conviene más?
No existe una respuesta ni un modo de funcionamiento que valga para todas las parejas, cada pareja es diferente, casa situación personal es única y de ello depende articular la mejor manera de organizarse. Hablar de dinero es muy frío y está considerado como fuera de lugar o incluso tabú, y puede ser un foco de discusiones. Aunque tarde o temprano sale en cualquier conversación.
Muchas veces acudimos a un psicólogo para poner nuestra mente en orden; a un gimnasio para poner nuestro cuerpo en forma; no está mal acudir a un especialista para poner todos vuestros papeles en orden, ya que es un tema que va más allá de la sola convivencia en pareja.
Si tienes alguna duda es bueno acudir a un abogado o despacho especialista en estos temas para que os guíe y asesore en todas vuestras dudas.
Recordad, «lo práctico, no está reñido con lo romántico».